Cap. 4 De nuevo, yo.
Volví a recuperar a la niña que se sentía feliz al rescatar animalitos heridos o extraviados. La Naturaleza, simplemente me ayudó a mirar en mi interior de nuevo, a caminar mirando hacia los árboles, sintiendo cada paso con firmeza pero con tacto al mismo tiempo, me enseñó a no temerle a las emociones, a sentir sin miedo .Por ello, cada gota de agua que me empapaba de la cabeza a los pies era como una “ducha purificante” respirando ese aire límpido y puro…
Y mi mente recuperaba esos momentos en los que huimos de la lluvia corriendo para no mojarnos…como si el agua doliera o quemara al caernos encima…
Hagan la prueba, la próxima vez que la lluvia les sorprenda en el bosque o en la playa quédense quietecitos o bailen o simplemente abran la boca y dejen que la Pachamama les inunde el alma de Bendiciones!!