Fauna y Flora tropical.
Como ya sabéis Costa Rica abarca 51.100kms, limitando al Norte con Nicaragua, al Sur con Panamá, al Este con el océano Atlántico (Mar Caribe) y al Oeste con el Océano pacífico…Se divide en 7 provincias, siendo San José su capital situada en el Valle Central, donde se concentra la mayor parte de la población.
Siendo un país pequeño cuajado de volcanes, cataratas, cuya silueta lo forman un sinfín de playas en las que se combinan las de arena blanca con las de arena negra, lo más llamativo de este país, es sin duda su gran riqueza natural, ya que concentra el 6% de biodiversidad de todo el planeta…es decir; es un país muy intenso en fauna y flora, un pequeño paraíso verde…ese es su preciado oro verde.
Y por nombrar sólo algunos de los habitantes de este vital país os enumeraré los primeros que acudan a mi mente; Perezosos, Martillas, Guatusas, Zopilotes, Armadillos, Tucanes, Congos, Pizotes, Murciélagos, Mosqueritos, Bolseros, Tángaras, Colibríes, Boas, Jabirú, Cascabel, un suma y sigue que completa el 6% de biodiversidad de todo el planeta tanto en flora como en fauna.
…Y llega la noche iluminada por pequeños puntos de luz que se desplazan con movimientos pausados, sin prisas, luciérnagas que te indican donde poner los pies. En ese titilante baile de luces, se escuchan infinidad de sonidos en su mayoría ranitas, bellísimas, huidizas, cada vez más difíciles de ver… De pronto, la orquesta sinfónica de sonidos nocturnos se interrumpe por el sonido producido por una pipa al caer de una palmera, o tal vez fue una martilla quién la dejó caer ya mordisqueada.
Nota; Esta foto no es mía.
Y de nuevo llega un amanecer cargado de sorpresas, un Soterrey se encarga de “despertar” con su penetrante llamado, le siguen los juegos de las alborotadoras ardillas o chizas, algún que otro basilisco asoma la cabeza con un meneo un tanto cómico… y al baile se le suman, cientos de insectos; mariposas, arañas, chicharras ó cigarras e infinidad de aves de increíbles colores y a esa cita no puede faltar el aullido inolvidable del Congo…Y a cada paso, un nuevo descubrimiento, un camino de hormigas portando en su febril marcha trocitos de hojas, cientos de ellas en sendas direcciones… tal vez estemos refiriéndonos a las devoradoras zompopas.
Y en todo este aparente caos, mientras un ermitaño sale de un caparazón prestado…observo y medito:
Todo tiene un orden, un orden natural, un orden que no precisa ni requiere de la intervención del hombre, un orden donde cada cosa tiene su lugar y hay un lugar para cada cosa, cada cual desempeña una función, eslabones de una misma cadena, una cadena que NO encadena sino que LIBERA…La inteligencia Natural es ilimitada, la Naturaleza tiene sus propios recursos, sus propias estrategias para sobrevivir en condiciones poco o nada favorables…
Pero eso no significa que podamos agredirla, descomponer ese orden a nuestro capricho, alterar ese curso vital a nuestro antojo es agredir el flujo de nuestra propia existencia… Cuando uno aprende a observar simplemente, cuando aprende a “pedir permiso” por estar, por ocupar un lugar en ese orden es cuando estamos mostrando un RESPETO por la MADRE TIERRA.