Metamorfosis de un viaje

Cap. 1              ¿Cómo llegué hasta aquí…?

 

Mi primer vuelo al aeropuerto Juan Santa María fue hace 8 años. Recuerdo que una de las cosas que más me impactó fue el tamaño de los árboles, pues fue a inicios de Enero, y el abanico de colores de esos hermosos gigantes dibujaba unos paisajes ya de por sí de un verde exultante, de brillantes naranjas, rosas, amarillos, morados… Esa percepción visual de las montañas abrazando la ciudad me pareció muy acogedora. Aún hoy lo siento así.

 

Después, uno a uno mis sentidos iban despertando a otros sonidos como el llamado del estridente zanate, o la cadencia ronca de los motores de los grandes camiones al decelerar, las sirenas de los carros, el tren colándose sibilante entre las callejuelas…

 

Más tarde el sonido de las palabras (los fonemas) desconocidos para mí, también entraron a formar parte de esa orquesta recién formada… las eses, las erres, con vocablos entre medias a modo de bastón que sirve de apoyo para iniciar una frase, para dejar colgada otra o simplemente para empezar o terminar con un bendito “Zarpe”.(La cual sonará en boca de un tico como «Sarpe» y cuya historia se relaciona con los marineros, que tomaban guaro antes de «zarpar» y cuyo último trago siempre era el «Zarpe»…)