
Y no hay día que no despierte con esa necesidad imperiosa de respirarte, de escucharte, de observarte…
Y no hay día que no sueñe despierta evadiéndome de esta realidad que se me antoja incompleta, insuficiente.
Tres años ya…como me taladra el paso del tiempo, como martillo frío que trata de esculpirte en mi mente, en verdes, azules y ardientes atardeceres donde puedo vislumbrar las siluetas de esos gigantes llenos de vida, sí, pura vida. ¡¡Tanta falta me haces, que te lloro y nadie sabe, sólo mi corazón cuánta falta me haces…cómo te extraño!!
Mi Costa Rica del alma, mi pequeño paraíso, profundo, intenso, rico, inmenso, fui tuya y no hay día que no desee perderme entre tus brazos, apapacharme mientras de fondo aún puedo escuchar el aullido de los congos …el susurrar del viento, el graznido del zanate, el aroma de la lluvia, esos enormes charcos, esa bendita fuerza del agua resbalando por mi cuerpo.
Sensaciones puras, intensas, que me hacían sentir tan viva.
Soy pájaro, mariposa, luciérnaga, bejuco, camote, guanábana, guanacaste, iguana, colibrí, araña… soy parte de cada ser vivo, un crisol de vida en mi alma que puedo sentir aunque no esté allí.
Formo parte de esa bellísima acuarela de colores, donde tú Naturaleza, eres la protagonista indiscutible… Siempre me sentí parte de ti, incluso antes de sentirte físicamente, siempre hubo esa conexión tan fuerte, tan especial, que me hace tan felíz.

Volvería por tí, mi deseo es tan fuerte… como mi dolor por no tenerte.
Aquí no eres fuerte, ni intensa, no te merecen, no te cuidan ni te protegen. Todo es dinero, en el fondo, no te quieren…ingenuidad o soberbia, aderezada por mucha ignorancia…creen que pueden vivir sin ti. Pero no entienden que tú sí puedes vivir sin ellos.
Podremos extinguirnos y tú seguirás porque ya existías mucho antes de que nosotros como especie entráramos en escena.
No hay día, no hay noche que no desee con toda mi alma tener una segunda oportunidad para sentirte de nuevo y dormirme en tu verde regazo, hasta extraño esos temblores que me recordaban lo vulnerable de mi existencia.
No pierdo la esperanza, jamás la perderé, porque te llevo conmigo, estás en mis pensamientos, en mis más profundos anhelos y sé que regresaré, para quién sabe, si terminar mis días arropada en esa intensa fuerza de vida.
Siempre tuya, siempre mía, mi adorada Costa Rica.
MAR
Fotos de mi autoría.